Resulta muy difícil escribir sobre una banda que dificultosamente pueda encasillarse dentro de un género en particular y, precisamente eso, es lo que me llamó la atención cuando por primera vez escuché a Deafheaven y su disco “Roads to Judah”.
Deafheaven es una banda formada en 2010 en el corazón de San Francisco, catalogada bajo el género “Black metal”, concepto con el cual disiento, ya que al escucharlos en su primer EP (DFHVN) nos encontramos con algo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a llamar «black metal». Obviamente, el black metal funciona como cimiento en su estructura, pero es un sonido que va más allá del típico black metal; es más limpio, melódico, extrañamente armonioso, pero, al mismo tiempo, sin dejar de sonar brutal.
Dejando de lado el sonido feroz que caracteriza la banda y ahondando más allá de la primera impresión, vamos a encontrarnos con algo más cercano al post-rock altamente influenciado por el shoegaze; Sería imposible no invocar a My Bloody Valentine, Mogwai o Isis al escuchar a Deafheaven, y realmente el término que se ha usado por algunos críticos para, de alguna manera, “catalogar” a Deafheaven me parece el más apropiado: Blackgaze, una fusión que supieron enlazar perfectamente.
En esta ocasión traemos para compartir y disfrutar “Sunbather”, Su segundo disco, lanzado en el año 2013, exquisitamente producido con un sonido pulcro y muy alejado del ortodoxo black metal de Varg Vikernes o Mayhem, y mucho más alejado aún de la imagen típica que tenemos como estereotipo en el género.
El primer tema de este disco ya nos vuela la cabeza de principio a fin: “Dream House”, imposible resistirse, a pesar de tener una fórmula bien simple: baterías repetitivas, guitarras que pasan por toda velocidad posible y un George Clarke gritando visceralmente como si no hubiera un mañana, llevándote del éxtasis a la serenidad absoluta con un final sublime.
«I’m dying»
-«Is it blissful?»
«It’s like a dream»
-«I want to dream»
A medida que avanzamos vamos a toparnos con Sunbather, (10:16 minutos que valen el disco entero) y con toparnos me refiero a que te arrolle un tren a 200 km/h y quienes hayan estado el pasado 9 de Julio viéndolos en vivo en Buenos Aires sabe perfectamente a que me refiero. Kerry McCoy, talentosísimo de más está decirlo, desdoblando su guitarra y uniendo todo: brutalidad, drama, belleza y caos en perfecta armonía. Inolvidable.
Vertigo (que me hace recordar mucho instrumentalmente a Isis, hasta que el black metal se funde nuevamente) y The Pecan Tree son otros temas a destacar. Y, además de las canciones decididamente «heavy» hay otros temas que vendrían a ser interludios. La primera es la adorablemente titulada «Irresistible», una canción instrumental, con guitarras suaves y la inclusión de un piano, dándole un toque sereno, casi de canción de cuna, después de la tormenta inicial de Dream House. Y la otra destacable es Please Remember, que, por otro lado, es un tema muy experimental, con pasajes dados vuelta de fondo, y no es cantado, sino que la «letra» es hablada, y hasta casi díficil de descifrar, pero la mejor parte viene después de ese comienzo, con una descarga de puro ruido, que es seguida de un nuevo pasaje de paz, con guitarras tranquilas, creando un ambiente onírico.
Si bien sólo contamos con 7 tracks, cada uno tiene algo que aportar, se justifica y es suficiente para armarnos una idea de la proyección que tiene Deafheaven a futuro, el cual parece fructuoso.
Sin dudas Deafheaven ha logrado mezclar la base brutal del black metal con pasajes atmosféricos, un sonido extremo con belleza extrañamente delicada y desgarradora, una propuesta interesante, géneros y prejuicios al margen. Si alguna vez alguien ha dicho que en el metal está todo inventado definitivamente tiene que escuchar esta banda.
01 • Dream House (9:14)
02 • Irresistible (3:13)
03 • Sunbather (10:16)
04 • Please Remember (6:26)
05 • Vertigo (14:37)
06 • Windows (4:42)
07 • The Pecan Tree (11:26)
Editado 11 de junio de 2013
Deathwish Records
Total: 59:54
(MP3 @ 320) — MEGA
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